¡Buenos días Gourmands!
Hoy os traemos algunos consejitos para que el horno deje de ser vuestro
enemigo.
Durante la cocción no es aconsejable abrir y cerrar el horno para
comprobar si lo que tenemos en él ya esta listo o no. Cada vez que abrimos la
puerta, el horno pierde mucha temperatura a gran rapidez.
La repostería en especial, requiere mantener una temperatura
constante y homogénea para que las masas suban y el volumen se mantenga.
A parte de no abrir para nada el horno en los 20 primeros minutos
de cocción, un truco es precalentar el horno 5 grados por encima de lo que
indica la receta. Cuando vayamos a introducir la masa, bajamos la temperatura a
la indicada y abrimos la puerta. Así no perderemos calor al abrir la puerta y
la masa empezara a cocerse a la temperatura exacta.
Otro truco es usar la rejilla del horno en lugar de la bandeja.
Así el calor será el mismo en todo el horno evitado que se acumule en la base.
También es conveniente sacar el bizcocho inmediatamente del horno
ya que si lo dejamos enfriar dentro el calor lo ira secando. Además lo podemos
envolver en papel film para que se produzca humedad y nuestro bizcocho la
absorba.
Esperamos que os sirva de ayuda!
Nos vemos mañana con una receta deliciosa
de galletas!
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